Todos somos iguales

 ¡Hola un día más inconformistas! Debido a la importancia social que tiene para mí el respeto y la paz entre todas las personas, hoy vengo a hablar de un tema que me preocupa mucho, el racismo y la xenofobia.

El racismo es una ideología que defiende la superioridad de una etnia o un grupo étnico frente a otro, justificando cosas que no son normales, como la explotación, la segregación social o la destrucción física. Además, esto motiva a la discriminación y la persecución de estas personas. Normalmente, el racismo suele ser desde personas blancas hacia las personas negras, pero también existe el racismo de las personas blancas hacía las personas latinoamericanas.

Por otro lado tenemos la xenofobia, es el odio o el rechazo hacia las personas extranjeras o inmigrantes, que puede desembocar también cosas horribles como insultos hacia ellos o agresiones.

Una vez tenemos ambas definiciones, nos habremos dado cuenta de que ambos términos son parecidos, pero no son iguales. La diferencia entre racismo y xenofobia, aunque mucha gente la desconoce, es bastante sencilla, y es que el racismo prejuzga por su apariencia física, es decir su tonalidad de piel o sus rasgos físicos (las personas negras). En cambio, la xenofobia prejuzga por el lugar del que proviene la persona, es decir, lo que molesta es el origen geográfico de esa persona, ya se blanca o negra.

Tener que hablar de este tema ya me cabrea bastante, porque el mundo sería mucho más bonito si este tipo de términos, o mejor dicho este tipo de personas no existieran, ya que me parece una vergüenza que algunas personas por su raza o su origen tengan que sufrir discriminación, o tengan que aguantar ciertos comentarios dañinos que ni vienen a cuento ni tienen sentido. El racismo y la xenofobia hacen mucho daño a la salud mental de las personas, y tienen ciertas consecuencias en ellas:

• Baja autoestima.
• Autoconcepto distorsionado: Unido a la baja autoestima, acaban teniendo un concepto erróneo de ellos mismos, como sentimiento de inferioridad o vergüenza.
  
• Estrés: Estas personas permanecen hipervigilantes para protegerse, para prevenir el daño tanto físico como mental.
• Desconfianza: Dudan constantemente de las personas que les rodean, de las relaciones, por el miedo a ser dañadas.
• Ira: La represión, la incomprensión tanto externa, como interna de lo que les ocurre, el trato discriminatorio, etc.
• Aversión de grupo de iguales y de sí mismo: Otra de las consecuencias de sufrir el desprecio externo, es que pueden llegar a interiorizar ese odio y esa denigración, hacia ellos mismos y hacia su grupo de iguales. Esto se conoce como endorracismo, la persona se desprecia y discrimina a sí misma por lo que ha aprendido del exterior.
• Aislamiento.
• Autodestrucción: Son comunes las conductas lesivas tanto externamente, relacionadas habitualmente con el consumo de sustancias. En muchos casos, se sienten culpables por ser como son.
• Indefensión aprendida: Comportarse pasivamente o no enfrentar la situación, se convierte para muchas personas en la forma de evitar e intentar protegerse de las agresiones tanto físicas como verbales.
• Revictimización: En los casos en los que deciden contarlo, se pueden encontrar sin redes de apoyo.
• Trastornos mentales: La inestabilidad emocional, las emociones y sentimientos negativos desarrollados por las situaciones vividas y por las creencias erróneas de ellos mismos desencadenan principalmente en trastornos relacionados con el estado de ánimo como ansiedad, depresión, pudiendo desarrollar también trastornos de personalidad. 

Y ahora seriamente, ¿qué tiene de malo una persona de distinta etnia u origen? ¿Acaso no son personas como tú y como yo? A causa de esta discriminación, existe el día 21 de marzo conocido como el día internacional contra el racismo y la xenofobia o día internacional de la eliminación de la discriminación racial , donde las personas salen a luchas por la falta de derechos en muchas ocasiones, por la explotación en los oficios y por supuesto por la discriminación y la violencia hacia ellos.